Los agentes divinos del aire, agua y
sol, asean, restauran e iluminan las entrañas del cuerpo humano, convirtiéndolo
en un Templo, en cuyo Tabernáculo –el corazón- mora Dios.
En verdad os
digo, aquel cuerpo defendido por las tres flameantes espadas de esos tres
severos Ángeles: aire, agua y sol, quedará tan protegido, que Satanás huirá
despavorido de él, porque una morada limpia, aseada, asoleada y perfumada con
buenas obras del alma que habita dentro de este cuerpo, significa la muerte de
Belcebú, como el caluroso sol significa la muerte para la nieve.
Cuando los
tres Ángeles, aire, agua y sol tomen posesión de vuestro cuerpo, completarán el
aseo interno hasta en sus últimos rincones y pondrán todo en un perfecto orden,
porque reinarán en él con verdadera autoridad de amos y señores.
Entonces, tal
como los ladrones huyen precipitadamente de la casa que habían asaltado al
verse sorprendidos por la policía, escapándose unos por las ventanas, otros por
el tejado y otros por la tapia, de la misma manera huirán, al aparecer estos
tres Ángeles guardianes, los demonios que se habían adueñado de vuestro cuerpo,
demonios que no son otra cosa que vuestras malas acciones, vuestros errores y
pecados que habéis cometido contra la Madre
Natura , en prejuicio de vuestro cuerpo.
Huirán por
todas las puertas y ventanas, es decir, las impurezas y los tóxicos saldrán
afuera de vuestro cuerpo por todos los poros de vuestra piel, por todos los
conductores y vías eliminatorias de vuestro organismo. La firme y enérgica
escoba barrerá lejos las basuras que ensucian vuestras entrañas, a las que
infectan y contaminan con tóxicos y sus malos olores, quedando vuestro
organismo, después de este aseo general, inmaculadamente limpio y perfumado
como con flores del jardín.
Entonces la
sangre de vuestro cuerpo quedará tan inmaculadamente pura, clara y limpia y
cargada de vibrante energía vital, como la sangre de la Madre Natura , que es el agua
cristalina y pura del espumeante arroyo, que murmurando se precipita de las
montañas ofreciéndose a los humanos como la más saludable de las bebidas que la
vida les puede ofrecer. Entonces vuestras entrañas quedarán perfectamente
aseadas lo cual repercutirá muy favorablemente sobre vuestra salud. Vuestro
cuerpo reflejará una vibrante salud y energía vital; vuestro aspecto será
saludable, rosada la piel como las lozanas frutas que se asoman de entre las
verdes hojas de las arboledas, exhalando aromas como las flores frescas del
campo.
Luego notaréis
un fenómeno muy grato que ocurre a vuestra cansada vista, que empezará a mejora
notablemente. Es que vuestros ojos están unidos por medio de una delicadísima
red de nervios, íntima e inseparablemente con el conjunto de todo vuestro
organismo y si éste está limpio y sano, también los ojos estarán limpios y
sanos, debido a la sapientísima intervención del médico interno, con que cuenta
todo organismo vivo. Y al revés, si vuestro cuerpo está sucio, funcionará mal,
se enfermará y en consecuencia también vuestra vista funcionará mal, se apagará,
seréis miopes y hasta cataratas os podrán aparecer y cegar totalmente vuestra
vista, cataratas que no son mas que la acumulación de impurezas en el
cristalino o la membrana de vuestros ojos.
En verdad os
digo que, estando vuestro cuerpo sucio por adentro, lo será también vuestra
vista, porque ella es una parte inseparable del conjunto. En tal estado, ningún
elixir, ni remedio alguno, aplicados localmente a los ojos, jamás podrán
mejorarlos, al contrario, los empeorarán. Únicamente un prolijo aseo general de
todo el cuerpo interno, es capaz de restaurar vuestra vida.
Entonces
totalmente depurado vuestro cuerpo, también vuestra alma quedará purificada,
porque ella está íntimamente ligada al cuerpo físico. Entonces, los santos Ángeles
de la Madre Natura
os vestirán con la más blanca de las túnicas, para que os podáis presentar,
dignamente, ante el Trono del Altísimo.