Método de curación
enseñado por nuestro Señor Jesucristo
Traducción del arameo
por Edmond S. Bordeaux
Los primeros
rollos del Mar Muerto fueron encontrados –por obra de la casualidad- por un
niño beduino en el año 1947, en el interior de una gruta.
Mohammed el
Chacal, que así se llamaba este descubridor, no tenía más de 15 años de edad y pertenecía
a la tribu de los Ta Emire. En esta ocasión andaba buscando una cabra que se le
había extraviado. Arrojó una piedra en una cavidad y sintió que este proyectil
golpeaba contra algo que emitió un ruido extraño y comprobó que había chocado en
greda; encontró así varias jarras o tinajas de este material, las cuales contenían
rollos forrados en lino, que habrían de constituir el principio de una serie
sucesiva de hallazgos de igual naturaleza y uno de los tesoros arequológicos más
grandes de los últimos tiempos.
Mohammed jamás
imaginó que su rutinaria labor de pastor lo conduciría a tan trascendental
descubrimiento.
La gruta en la
que encontraron las vasijas que contenían los rollos está ubicada en la costa
noroeste del Mar Muerto, y por eso se le conoce por este nombre, como asimismo
los encontrados posteriormente.
Cuando este
hecho llegó a conocimiento público, se desató una verdadera fiebre por
encontrar más de estos rollos. Este afán fue estimulado por el interés que
demostró el Museo de Jerusalén en su adquisición, pues pagaba por ello precios
elevadísimos.
Para los
pastores nómadas significaba el negocio más lucrativo encontrar aunque fuera
una pequeña parte de dichos manuscritos, ya que eran verdaderas fortunas las
que obtenían por su venta.
La importancia
del hallazgo hecho por el niño Mohammed consiste en que los rollos que encontró
contienen escritura en pergaminos y láminas de cobre oxidado, de más de dos mil
años de antigüedad, que encierran la historia, los conocimientos y las creencias
de un grupo de judíos llamados <esenios>.
De la primera
gruta, descubierta en 1947, se lograron sacar 7 metros de pergamino.
Tres de estos fueron adquiridos por el Profesor E. L. Subenik, por cuenta de la Universidad Hebrea ,
los cuatro metros restantes los compró el Convento Sirio Jacobita San Marcos de
Jerusalén y luego fueron llevados a Estados Unidos, de donde el Estado de
Israel los adquirió en 1954 por la suma de 250.000 dólares.
Los beduinos
mientras tanto, no cesaban de explorar los huecos del acantilado de esta
primera gruta.
Al mismo
tiempo, el R. P. Vaux y el director inglés del Servicio de Antigüedades de
Jordania, C. Lankester Harding, organizaban, por sugerencia del oficial belga Ph.
Lippans, observador de la O.N .U.,
una expedición científica, que se encargaría de reconocer el lugar de ubicación
de la primera gruta, a la que se sometió a excavaciones entre el 15 de febrero
y el 5 de marzo de 1949, dando una extensión de 8 metros de largo por dos
de ancho y tres de altura, y en ellas se encontraron 50 jarras con no menos de 70 metros de rollos
escritos.
Entre el 24 de
noviembre y el 12 de diciembre de 1951 se llevó a efecto una campaña de
excavaciones en Khibert Qumran, que arrojó como resultado el hallazgo de una
serie de rollos. Entre el 21 de enero y el 3 de marzo de 1952 se llevaron a
cabo trabajos de exploración en las grutas del Wadi Murabba’at, situadas en un
punto de muy difícil acceso, 25 kilómetros al sudeste de Jerusalén y a casi 5 kilómetros del Mar
Muerto.
El estudio que
se hizo de los textos de estas grutas demostró que tenían un origen distinto a
los encontrados en Qumran. En efecto, durante el segundo levantamiento judío,
ocurrido entre los años 132-135 d.C., las grutas de Wadi Murabba’at sirvieron
de guarida a los soldados de Bar Kokeba y entre los documentos hallados en este
lugar figuran varias cartas enviadas por el jefe judío al comandante rebelde de
la región. Los beduinos, por su parte, guiados por propósitos muy diferentes al
interés científico, seguían explorando para encontrar nuevas grutas en la costa
del Mar Muerto.
Hasta el 29 de
marzo de 1952 se habían encontrado tres grutas con valiosos escritos.
Las campañas
organizadas de excavaciones terminaron el 21 de marzo de 1956 en Ain Fenkha,
haciendo un total de once grutas que encerraban tinajas de greda que contenían
manuscritos fragmentados los cuales sumaban la cantidad de 600 metros , más o menos;
de éstos, sólo once se conservaban completos.
En estos
rollos hay un manuscrito que se refiere al Levítico, Libro del Antiguo Testamento,
escrito en caracteres hebreos antiguos; una colección de Salmos,
correspondientes a los de la
Biblia , pero con un ordenamiento diferente; un Tárgum de Job
en arameo; algunos fragmentos de un Tárgum del Levítico en arameo y un texto
litúrgico de carácter apocalíptico, escrito en hebreo.
El contenido
de los rollos de la primera gruta, descubierta por Mohammed, tiene relación con
la Biblia. Dos
de estos manuscritos son copias del Libro Bíblico de Isaías y el tercero es un
comentario de otro Libro de las Sagradas Escrituras, el de Habacuc. Los cuatro
escritos restantes han recibido, según su contenido, los siguientes títulos:
<Regla o manual del Génesis>, <Reglamento de la Guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las
Tinieblas> e <Himnos>.
Al ser
descifrados algunos de los rollos encontrados en la costa del Mar Muerto
dejaron al descubierto antecedentes geográficos para ubicar tesoros de oro y
plata, centenares de vasos con substancias aromáticas, vestiduras sagradas,
etc., escondidos por los esenios.
Los rollos del
Mar Muerto demuestran que existió una agrupación humana que depositó dichos
manuscritos en los lugares en que han sido hallados. Esta comunidad fue la de
los <esenios>, vocablo que es la transcripción griega de un término
hebreo o arameo que todavía no se ha podido identificar con certeza. En los
textos de los rollos mismos no aparece tal denominación. Sin embargo, ellos
–los esenios- se designan como <Los Numerosos>, <La Comunidad >, <Los
Hijos de la Luz >,
<Los Hijos de Zadoc>.
El historiador
Plinio El Viejo localiza esta secta con bastante precisión al decir que al
occidente del Mar Muerto estaban instalados los esenios. Esta comunidad, según
los historiadores Filón de Alejandría y Josefa, repudian los placeres como un
mal y tienen por virtud la continencia y la resistencia a las pasiones.
Lo que hasta
ahora se ha descifrado de los manuscritos del Mar Muerto está relacionado con
esta secta; en forma precisa en los escritos titulados <La Regla >, <El Escrito de
Damasco>, <El Reglamento de la
Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de la Tinieblas >, el de los
<Himnos> y los <Comentarios Bíblicos>.
Se dice que la
comunidad <esenia> existió entre el último tercio del siglo II a.C. y el
68 d.C., lo que coincide con las fechas fijadas para los Manuscritos, después
de diversas pruebas científicas realizadas por los expertos. El rollo de Isaías
data del 100 a .C.;
para las envolturas de lino se fijó un período entre 168 a .C. y 233 d.C. Las
vasijas que contenían los rollos son anteriores al siglo 1 a .C., o sea, pre-Herodianas.
Finalmente, es
de mucha importancia destacar que del estudio de los rollos del Qumran se
establece la existencia de un personaje perteneciente al sacerdocio,
organizador de la secta de los <esenios>, de donde provienen manuscritos,
que fue perseguido, desterrado, abandonado por gran parte de sus seguidores.
Los manuscritos lo distinguen con el nombre de Maestro de Justicia.
Este personaje
es de gran fuerza religiosa y constituye, a juicio de las autoridades en la
materia, uno de los resultados más sensacionales de los hallazgos del Qumran,
pues reveló una extraordinaria figura religiosa de la Humanidad.
Los textos de
los rollos relatan que este <Maestro de Justicia> fue objeto de una
revelación en el sentido de que los últimos tiempos anunciados por los profetas
habían llegado y que el Mesías estaba próximo.
La comunidad
esenia fue atacada en su retiro del Qumran y el <Maestro de Justicia>
arrojado a prisión por los hombres del <sacerdocio impío>, que mencionan
con frecuencia los comentarios bíblicos de los manuscritos del Qumran.
Todo esto es
solamente una parte del contenido de los rollos del Mar Muerto, pues los científicos
y estudiosos de la Universidad Hebrea
de Jerusalén están en la actualidad dedicados a la difícil tarea de reconstruir
gran parte de estos textos. Algunos pedacitos de estos rollos no son más
grandes que una estampilla; otros están indescifrables, porque la acción del
tiempo los destruyó, haciéndolos casi ilegibles.
Se ha
recurrido a toda clase de medidas para evitar el deterioro de estos
manuscritos. En este sentido el Profesor H. Wright Baker de la Universidad de
Manchester de Inglaterra inventó una pequeña máquina, con la cual se pudieron
cortar los rollos con gran precisión, para luego proceder al armado de los
trozos sin perder ni una sola letra.
Han sido tan
profundos y minuciosos los trabajos realizados por los científicos y se han
adentrado tanto en el conocimiento de los rollos del Mar Muerto, que reconocen
los que han escrito por una misma mano, en otras palabras, identifican a los
escribas que intervinieron.
El trabajo de
ordenamiento y de restauración de estos textos puede demorar todavía algunas
generaciones de paciente e inteligente labor.