sábado, 24 de agosto de 2013

Capítulo 1: Os enfermáis y sufrís dolores, porque habéis desobedecido los Mandamientos de la Madre Natura



Enfermos suplican al Divino Maestro que les explique la causa por la cual ellos enfermaban y sufrían dolores. Cristo les contesta diciendo: Os enfermáis y sufrís dolores, porque habéis desobedecido los Mandamientos de la Madre Natura.

En aquel tiempo muchos enfermos acudieron a Jesús, preguntándole: Maestro, tú que sabes todas las cosas, dinos, ¿por qué nos enfermamos?, ¿por qué sufrimos achaques y dolores? Señor, sánanos para que no suframos y seamos útiles a nosotros y a los demás seres humanos. Tú que tienes el poder de sanarnos, en tus manos tienes nuestra salud y nuestro bienestar. Señor, líbranos del poder de Satanás, que nos está atormentando. Maestro, ten compasión de nosotros, no nos abandones y sánanos.
Cristo les respondió: Felices vosotros que tenéis sed y hambre de sabiduría. Yo os satisfaré, dándoos agua de la vida que nunca más os dará sed; os daré pan del conocimiento que nunca más os dará hambre.
Bienaventurados vosotros que llenos de fe acudís a mí, golpeando la verdadera y única puerta de conocimiento y sabiduría, la cual os abriré de par en par. Felices vosotros porque yo os liberaré de Satanás y os llevaré al reino de los Ángeles de vuestra Madre Natura, donde sólo hay goce y felicidad, porque Satanás no tiene acceso a ese reino.
Los hambrientos de sabiduría, ante todos los discípulos selectos encabezados por Juan, que siempre estaban cerca del Divino Maestro para que no se les escapara ninguna palabra de sabiduría que salía de su divina boca, escuchaban con toda atención sus enseñanzas y a veces le hacían preguntas, ¿Quién es nuestra Madre Natura?, ¿Quiénes son sus Ángeles y dónde está su morada?
Cristo les respondió: vuestra Madre Natura está dentro de vosotros y vosotros dentro de ella.  Esta Madre os parió, os dio vuestro cuerpo, os dio todo lo que sois, porque os dio la vida. Este cuerpo que os dio vuestra Madre, algún día se lo tendréis que devolver. Felices vosotros porque experimentaréis una alegría inmensa al conocer a esa bondadosa Madre y a su Santo Reino. Conoceréis a vuestra madre tan pronto recibáis sus Santos Ángeles, es decir, tan pronto obedezcáis las inmutables leyes de la Naturaleza, porque cada Ángel representa una Ley, un don Divino, una virtud humana.
Ahora os invito a que grabéis en vuestras mentes la Suprema Verdad que dice: <El individuo que rigurosamente obedece los mandamientos de la Madre Natura, acatándolos todos los días, jamás se enfermará>. Porque el poder de la Madre Natura es infinito y omnipotente. Está lleno de misericordia, de sabiduría infinita, de belleza y amor. Este compasivo poder de la Madre Natura expulsa a Satanás que se adueñó de vuestro corazón, induciéndoos a la maldad, al fraude, al crimen y hasta a matar. Pero una vez expulsado Satanás de vuestro corazón y habitado éste por un Ángel, cambiaréis radicalmente de conducta; seréis bondadosos, correctos, honrados, amaréis al prójimo como a vosotros mismos, incluyendo a los que os odian y asimismo, amaréis a todas las criaturas que Dios ha creado en la faz de esta tierra. Este omnipotente poder de la Madre Natura tiene dominio absoluto sobre vosotros y vuestros cuerpos y también sobre los cuerpos de todos los seres vivientes y hasta sobre el Reino Mineral, Vegetal y Animal.

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