domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 8: La inmensa importancia de los baños de sol



La inmensa importancia de los baños de sol para vigorizar al cuerpo y encender las apagadas luces de vuestro espíritu, para que brille como un pequeño sol.

Pero para vuestra felicidad, Madre Natura os tiene reservado otro Ángel que os servirá: el Ángel del Sol.
En verdad os digo, que los Ángeles del Sol, aire y agua son hermanos inseparables e iguales en su acción bienhechora.
Exponed completamente desnudo vuestro cuerpo a los rayos del Sol, empezando por un rato muy corto, para prolongarlo cada día siguiente.
Durante el baño haced respiraciones profundas, llenando los pulmones con aire soleado y así incorporaréis considerable energía solar a vuestra sangre, que os fortalecerá y depurará vuestros malos olores. Y así como la oscuridad de vuestras entrañas desaparecerá al incorporar energía solar dentro de vuestro organismo, porque entonces cada célula que compone vuestro cuerpo vibrará e irradiará una luminosa aura que reflejará gran vitalidad y vuestra fuerte salud.
Los días de vuestros ayunos aprovechadlos para tomar baños de Sol, porque con el estómago vacío podéis tomarlos a cualquier hora; en cambio, con el estómago lleno debéis tomar los baños de Sol sólo dos horas después de comer y una hora antes de comer.
En verdad os digo, no podéis presentaros ante el Trono del Señor, si al Ángel del Sol no os concede el pase para ello.


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