domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 36: El trabajo, fuente inagotable de satisfacciones



El trabajo es supremo deber del hombre, fuente inagotable de satisfacciones, de sabiduría, progreso y felicidad. Debéis trabajar de Sol a Sol, durante los seis días de la semana y el séptimo día lo consagraréis al Padre Celestial, solemnizándolo y santificándolo con rigurosos ayunos, oraciones y meditación, acerca del contenido de este texto u otras obras espirituales.

Debéis trabajar de Sol a Sol durante los seis días de la semana, porque el trabajo es supremo deber del hombre y su mejor maestro educador. Durante estos días os alimentaréis con una comida vegetariana, más el séptimo día lo consagraréis al Padre Celestial, ayunaréis, tomando nada más que agua pura. Este séptimo día de ayuno lo dedicaréis a la oración, meditación y estudio del Sagrado Texto de obras espirituales y del presente texto. Tomaréis tan sólo alimento espiritual, pues no sólo de pan vive el hombre, más con cada palabra del Padre Celestial.

Si os es posible, retiraos ese séptimo día al campo, lejos del mundanal ruido, y allí orad, ayunad y meditad, sólo en compañía de los Ángeles del Sol, del aire y del agua, y ante todo, del Ángel del Gozo y del Ayuno. De esta manera esos santos Ángeles os preparan aquí en la Tierra para que podáis entrar, después de vuestra muerte, en el Reino de los Cielos.

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