domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 26: El amor impide matar para comer



Dice el Divino Maestro que el amor impide matar para comer, pero permite al hombre matar una fiera peligrosa que lo ataca, con lo cual no infringe la Ley de no matarás, pero sí al matarla sin que ella lo ataque.

Después de estas palabras todos permanecieron silenciosos, menos uno, que preguntó: Maestro, ¿qué haré si un feroz animal salvaje en plena selva ataca a mi hermano y está a punto de desgarrarlo? ¿Dejaré que mi hermano perezca o matará a esta bestia feroz? Muéstrame, Maestro, si al matar yo a la bestia feroz, quebranto el Mandamiento de <no matarás>.
Cristo respondió: Desde el principio del mundo os fue dicho: de todas las criaturas que moran en la Tierra, Dios creo sólo al hombre a Su imagen. Por lo tanto las bestias son subordinadas al hombre y no el hombre a las bestias. Luego, no quebrantaréis la Ley al matar a esa bestia salvaje para salvar a vuestro hermano. Pero el que mate a un animal, aunque éste no lo ataque y sólo por el morboso placer de matar, o por la carne, su piel o sus colmillos, éste sí quebranta la Suprema Ley de <no matarás>.
En verdad os digo, este asesino de inocentes víctimas, tarde o temprano recibirá su justo castigo, pues el alma del animal asesinado lo acechará para vengarse y en cualquier reyerta armará con un puñal la mano de un asesino para que lo mate, tal como él lo mató.

anterior                 siguiente